Informe realizado por la Organización Médica Colegial de España y el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos

Con la instalación a nivel mundial de la pandemia COVID19, la humanidad asiste a un reto sanitario que ha causado hasta el momento millones de afectados, cientos de miles de muertos y cuyas dimensiones no están bien definidas pues desconocemos cuándo se podrá dar por controlada la misma. Por otro lado, las medidas preventivas más eficaces han erosionado seriamente la economía lo que de forma secundaria también es causa de sufrimiento, perdidas de salud y muertes especialmente en aquellas poblaciones más frágiles y desfavorecidas. Hay ciudadanos que su situación social y económica les permite realizar un confinamiento estricto, sin embargo, otros, por diversas razones y circunstancias no les es posible porque deben trabajar y en consecuencia asumir los riesgos que las relaciones laborales y el desplazamiento a sus puestos de trabajo les impone. Tampoco es lo mismo confinarse en una amplia casa con jardín que en una vivienda reducida donde conviven tres generaciones…

En esta situación de extrema gravedad sanitaria, social y económica han surgido grupos de ciudadanos liderados entre otros, por profesionales médicos que desconocen y niegan la evidente realidad de la pandemia COVID19, creando confusión, alarma social y provocando que ciertos ciudadanos que les prestan atención abandonen las únicas medidas que han demostrado eficacia, como son : la distancia individual persona-persona, el lavado frecuente de manos, la desinfección frecuentes de objetos, el uso de mascarillas, evitar todo tipo de reuniones especialmente las muy numerosas, no frecuentar espacios cerrados, etc.

Para ganar 4 adeptos y afines a sus ideas, utilizan cualquier argumento, tergiversando informes, haciendo referencia a estudios obsoletos, parciales o directamente falsos, empleando la opinión de falsos expertos o relacionando cuestiones que nada tienen que ver entre si (como por ejemplo, aborto, eutanasia, COVID 19, tradiciones, conspiraciones, injusticia social o políticas de cualquier índole), incluyendo el ataque institucional generalizado y apelando a cambios radicales, cuando no a la aplicación de tratamientos fantasmas o peligrosos para la salud. Cuando algunos de estos mensajes, como el desprecio al uso de mascarilla, o a la distancia social, o a la invalidez de las pruebas diagnósticas, provienen de personas que se presentan con el título de médico, la confusión que crean en la población pone en riesgo la salud de todos.

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